7.9.11

Welcome to Radboud Universiteit, where your dreams come true.

Así, sin darme casi cuenta, se me ha acabado el verano. No sólo porque llueva día sí, día también, sino porque las clases ya han empezado, y lo han hecho con mucha fuerza. Aquí sólo curso tres asignaturas, al menos en este primer periodo (los semestres se dividen a su vez en dos periodos). Estuve a punto de enrolarme en un gimnasio, contratar clases de inglés y holandés y hasta de buscar un trabajo pensando que con sólo tres asignaturas mi vida sería demasiado ociosa (acostumbrada al ajetreo de Carlos III-Metrópolis-Starbucks-rodajes de los últimos tiempos en Madrid). Oh, amigas, cuan equivocada estaba. No sólo tengo más horas lectivas aquí que en Madrid, además la cantidad de trabajos, ensayos, análisis, visionados y lecturas no puede ser más apabullante. I'm already stressed! Y lo de escribir en inglés lo llevo fatal.

Las asignaturas no son demasiado complicadas, al menos en términos de temario, pero los profesores son todos de lo más exigente. Tengo una llamada Visual Culture que es un compendio de contenidos de análisis de la imagen AV y teoría de la imagen e imaginación y otra a la que han puesto el nombre de Vulgar Culture en la que hablamos de la estetica, la fealdad en el arte y la pistocracia. Fácil ¿no? NO. Tirarse el pisto en inglés puede ser tan intimidante como complicado. Es muy frustrante tener los conocimientos y las ideas y no poder expresarlos por falta de léxico y otras carencias lingüísticas. Tengo el bigote lacio de no atusármelo. Eso sí, me desquito con una asignatura llamada Spanish Cinema que se imparte en español. Es para estudiantes de filología hispánica, lo que significa que soy la mistress del lugar: no sólo saben menos castellano que yo (claro), además en materia de cine también me los meriendo. Así que ¡pistacho va!

Por otro lado, las instalaciones de la Radboud Universiteit son increíbles: el campus es enorme, los edificios impactantes y hasta las (muchas) cafeterías parecen sacadas de una peli de ciencia ficción. Casi todas mis clases se imparten en un edificio que tiene veinte plantas y seis ascensores que ya los quisiera Willy Wonka para su fábrica de chocolate.

Y como ya habréis imaginado leyendo la cantidad de tareas que tengo, mi nivel de procrastinación se ha elevado a límites inimaginables: doy paseos, saco fotos, hago amigos... últimamente me he dedicado a decorar mi cuarto (se aceptan donativos para mi nueva pared).


Así que ya sabéis siempre y cuando tenga algo más importante que hacer, os escribiré largas entradas, grabaré vídeos y colgaré fotos que documenten mi estancia.

Ahora he de partir rauda y veloz sobre mi bicicleta y bien pertrechada para protegerme de la incesante lluvia, pero me volveréis a leer, probablemente, muy pronto!



1 comentario:

  1. Soy fan absoluta de la última foto, tan mona con sus botas de lluvia...

    Cómo molaría tener aquí la asignatura de Vulgar Culture, aunque en castellano. Y tenerte aquí también molaría, pero eso ya es otra historia que estaremos repitiendo hasta que vuelvas.

    Un abrazo muy grande.

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