25.8.11

La readaptación



Queridas amantes de la zanahoria:

Me dispongo a contaros cómo ha sido mi readaptación a la vida española (aunque creo estar todavía en medio de este proceso), tras un año en Francia. Para empezar es importante tener en cuenta que la readaptación no consiste en una vuelta a la situación previa a mi año erasmus, si no más bien, consiste en redefinir ésta. Tras dar un paso hacia delante, no querría dar un paso atrás, si no continuar en linea recta, aunque el decorado esté algo desgastado.

Llegué a Madrid en autobús. 19 horas de trayecto que fue más ameno de lo que estáis pensando. De modo que, salí de Lyon a las 17 de la tarde del 25 de junio y llegué a Madrid a las 12 del medio día. Los primeros días en Madrid fueron tranquilos. No descolgué el teléfono nada más llegar, si no que esperé un par de días. Parece que hasta que uno no comunica su presencia, no es real. Estuve unos tres días en Madrid y luego me fui a Bélgica con Elena al Rock Werchter Festival. Fueron muchos días de buena música y agotamiento físico, y nos lo pasamos estupendamente. Conseguimos ir y volver a Bélgica con Ryanair ¡Sin facturar! Cargando con una tienda de campaña y apurando al máximo el volumen de nuestras maletas. Después de eso estuve en Madrid otro par de semanas. La primera de descanso y la segunda trabajando de monitora en un campamento de hockey. He de decir que nada más llegar a mi cuarto tras el festival me entró la ansiedad. Me sobraba todo. Demasiada ropa, demasiados papeles, demasiadas cosas y saqué cuatro bolsas de basura de mi cuarto con cosas que ya no tenían cabida en esta etapa. En teoría debía marcharme un fin de semana a Cataluña como entrenadora en un torneo de niños de hockey, pero la suerte jugó en mi favor y me pude quedar en Madrid, más bien, me pude ir a Salamanca a ver a Tomás un fin de semana. Después de aquello volví a la capital y 48 horas después estaba en un vuelo destino Londres. Mi pequeña experiencia londinense fue maravillosa. Un poco más de quince días, la primera semana estuve haciendo mucho turismo, mercadillos, tés, tartas, zapatos (se me fue mucho de las manos ese tema, como siempre) y por supuesto...¿Puede haber algo más auténtico que ir a ver Harry Potter en un cine en Londres? En este caso, uno pequeño en Nothing Hill. Era precioso, un pequeño teatro rojo. Ahí lo podéis ver. (Sí Andrea, estoy siguiendo tu afición por los links). En fin, tras una primera semana de ocio, llego el curso, que al fin y al cabo era para lo que había ido allí. Se trataba de un curso de diseño de vestuario para cine y teatro en la Central Saint Martins. Duraba una semana y allí hablamos de escenografía y vestuario, de recrear el universo de un personaje... una gozada. Creo que aprendí mucho, porque el curso estaba bien, pero sobre todo porque todas las que allí estábamos (a subrayar el hecho de que éramos 12 mujeres) teníamos muchas ganas de aprender y creo que las aportaciones de mis compañeras acabaron siendo el 60% de la experiencia. Descubrí nuevas escuelas, nuevas vías, nuevos mundos, pero lo más importante es que tuve por fin claro, que es a eso a lo que quiero aspirar. Lo intentaré, y si no lo consigo hay muchas otras posibilidades de trabajo que pueden resultar satisfactorias pero siempre está bien marcarse un objetivo alto.


Me fui de Londres el día 1 de agosto, antes de los disturbios y las peleas callejeras, y directamente en vuelo directo a Almería, donde he pasado tres semanas con mis padres. Y donde he recibido la estupenda visita de Lai, que vino el último fin de semana a Mojácar, y juntas volvimos para Madrid. El fin de semana en detalle lo dejo para ella (si es que quiere contarlo, y sobre todo, si encuentra tiempo en su apretado día a día). Y aquí me tenéis ahora, en Madrid, volviendo a tomar consciencia de mi vida, reconciliándome con las esquinas de mi cuarto e intentando sacar algo en claro de toda esa masa de nubes que ha venido revoloteando sobre mi cabeza el último año. De momento el hockey de alto nivel se queda en el banquillo. Sigo en el equipo, estoy haciendo la pretemporada física e iré a entrenar siempre que pueda (y tengo ganas) pero ya he avisado de que no estaré al 100%. Es un paso muy importante. Y poco a poco iremos capeando lo que venga e intentando hacer reales las fantasías, que como siempre, se van solapando unas a otras. Pero si algo está claro, es que sea lo que sea lo que pase, aquí quedará escrito.

Muchos besos amigas

2 comentarios:

  1. Hola Carmen!
    Madre mía, qué envidia me das con tanto viaje y formación...pero sobretodo con tanto intercambio :) Cada vez creo más en lo importantes que son para nuestra evolución...
    Dios, a mi me ha pasado lo mismo cuando volví a casa!! Me deshice de muchísima ropa, papeles, trastos, cosas... fue una especie de "purga", como sentir que todo era demasiado innecesario, pero más que nada porque era algo que ya no pintaba nada donde estaba.
    Ahora hay una sensación extraña; no es empezar de cero, pero se me han aclarado muchos aspectos que quiero potenciar en mi vida y sobretodo muchos otros que no. Siento que tengo como más criterio en muchos sentidos, aunque ojalá lo tuviese en el profesional! Me alegra muchichísisisimo que hayas encontrado a lo que te quieres dedicar, en serio! Qué guay!
    En fin, ahora que viviré en el centro creo que podremos profundizar más en estas y otras reflexiones (amén de disfrutar de tus famosas tartas y demás delicias :P)
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Lo he vuelto a hacer, he publicado otra entrada sin haber comentado esta. Ah, no, espera! Ahora ya SÍ he comentado.
    Soy tramposa, lo se, pero tenía ganas de hablaros!

    ResponderEliminar