17.2.11

En la que Andrea regresa de entre los muertos.

¿Quién iba a pensar que yo, que consagré mi vida, bienestar y felicidad a este blog durante los pasados meses, iba a desaparecer de este modo de la ciberfaz de la tierra? Pues nadie, probablemente. Estoy segura que habéis esperado noticias de algún secuestrador, o que habéis contactado con todos los hospitales de Madrid preguntando si una joven con pinta de perdida y sin olfato había ido a parar a alguna de sus camas. Pero no, nada trágico me había ocurrido (salvo unos pocos exámenes, una mudanza, el rodaje de un corto del que pronto os hablaré y luego, de nuevo, otra mudanza :) ¡Pero no es excusa!). La bomba de humo que me he marcado ha sido desproporcinada y mi desvergüenza, incalculable. Pero aquí estoy de nuevo, y esta vez es para quedarme:


Esta la guisa, la cara, de feis que tengo esta mañana de febrero en la que el sol brilla a rabiar y me he despertado para descubrir que hace ya quince minutos que ha empezado mi clase. Mi esposo partió tiempo ha a haer un examen de la UNED que lleva dos días estudiando y probablemente aprobará (bitch...) y yo me encuentro tendida en la cama con su portatil en el regazo.

Cuando Laia haya visto una entrada nueva en el Carrot Cake que abre con mi guisa, mi cara, mai feis, se debe haber llevado una gran sorpresa, dado que quedamos en que actualizaríamos juntas la próxima vez. Pero I felt like carrotcaking. Desde aquí te pido disculpas, marida.

Creo que ha llegado el momento de contaros qué ha sido de mi durante todas estas semanas. Mi cosmopolita vida recién estrenada va viento en popa: compartir desayunos, comidas, tés y ratos muertos con Laia y contar con su presencia me hace sentir aún más en casa de lo que ya me sentía y Diana y Mariona (nuestras compañeras de piso) son un par de personajes sin parangón. Madrid está a mis pies, justo bajo mi balcón y todo está tan cerca que llego dando un paseo.

Tengo un Erasmus en el punto de mira en este momento, pronto empiezo otro curso en Metrópolis, le estoy dedicando mucho tiempo a las salas de cine (ésta, ésta y ésta son las últimas que he visto allí) y estoy trabajando en un proyecto de corto con unos amigos de los que algún día os hablaré. Mi felicidad es plena. Ahora me voy a poner los patines y a marcharme rauda y veloz a por unos carretes que dejé revelándose tiempo ha. Por cierto! Hablando de patines, me he hecho de Madridpatina (aquí para más información) gracias a una gran amiga, y la expectativa me tiene pletórica!

Hasta aquí las noticias por hoy. Disculpad nuevamente la tardanza. Volveré pronto!

2 comentarios:

  1. Justo ayer quería haberte puesto en facebú: ACTUALIZA YA, COPÓN!
    Mira tú, mi telepatía ha funcionado.
    Ya te vale, que te echaba de menos (y a tu ukelele ya ni hablamos)!

    Te has puesto los patines para ir a por los carretes??? No me lo creoooorlll!

    Besos de la gran amiga que te ha metido el ansia patinil en el cuerpo!
    Ya verás cómo molaaaaaaaaarlllll!!!
    :D

    ResponderEliminar
  2. pd: el título del vídeo me recuerda algo que nadie comprenderá pero hay que decirlo...:
    detrás de ti!!! un mono de tres cabezas!!!
    xD

    ResponderEliminar