13.2.11

Jimmy, Would you please come HOME?




Lyon, Domingo 13 de febrero de 2011

Los domingos son habitualmente el día en que el espíritu Amélie asoma la cabeza con más fuerza. Hay muchos tipos de domingos, los domingos eufóricos, lacrimógenos, depresivos, agobiantes, domingos todos ellos. Si en vez de domingo fuese martes pasaría por un día normal exageradamente cargado de algún sentimiento, pero simplemente por ser el último día de la semana es distinto. Existe toda una cultura alrededor del domingo: los domingueros, que por desgracia están marcados por toda una serie de connotaciones negativas, generalmente en relación al uso de neveritas azules con coca-colas y mucho ruido... pero yo me pregunto... ¿Acaso no todos domingueamos a nuestra manera? Hay quien se deja el pijama puesto todo el día, quien se levanta temprano para ir al mercado o dar un paseo, quien duerme hasta casi ver el atardecer, quien aprovecha para poner toda su semana en orden y acto seguido pisotear todos sus grandes planes en el transcurso de los siete días siguiente y quien deja en manos de la programación de telecinco todas su actividad mental del día. Todos y cada uno de ellos revelan el estado más puro de nuestro ser, incluso sin quererlo, al hacer uso de este día vacío de obligaciones laborales o estudiantiles. Estaréis pensando que hay gente que trabaja, o tiene partidos de hockey los domingos, pero resulta que esa gente decidió en algún momento que esa actividad era perfecta para un domingo, era lo que les apetecía hacer un domingo por la tarde, ya sabes...
He de reconocer que en el primer año de Universidad cuando tenía los lunes libres andaba algo despistada. Mis domingos son una mezcla de todos esas cosas enumeradas antes, y, el hecho de no empezar a vivir en serio el lunes, hacía tambalearse un poco mi estructura mental en cuanto a la organización del tiempo. Pero lo superé, no fue complicado, sencillamente le atribuí al lunes sin clase un significado más, como a los otros días, y sobreviví a un año de falsos domingos. Los lunes eran el día de descansar y hacer recados, los martes como siempre son un día difícil, soso, con hockey por la tarde. Los miércoles son de mis preferidos, hay algo que te dice que te encuentras en medio de un proceso, de un recorrido, de ALGO. Estás en medio de tu semana, y tienes control sobre ella. Los jueves son de hockey otra vez, día de salidas nocturnas universitarias, en las que suelo brillar por mi ausencia en la noche madrileña. Viernes de cenas tranquilas y más hockey, siempre más hockey. Oh! y día en el que NUNCA, JAMAS, se estudia, es superior a mis fuerzas. El sábado es el de los grandes planes, siempre abierto a ideas interesantes. Y el domingo... otra vez domingo? ya? no importa, estoy preparada, tengo una larga lista de canciones, de apuntes que tenía que haber leído el lunes, pero no tenía ganas, el martes, pero tenía hockey, el miércoles, pero me salió algo, el jueves, pero tenía hockey otra vez, el viernes, el viernes? no.. el viernes no, el sábado, pero se me ocurrieron 26 otras cosas que hacer, así que supongo que es de ese tipo de cosas que dejé para el domingo, para hoy, hoy? sí hoy, pero hoy, como todos los domingos, voy a escuchar mucha música, a cocinar sin prisa, a beber café en tazón, a temblar del vértigo que me da el futuro, y planear todo lo que tengo que hacer esta semana, porque esta... no lo voy a dejar todo para el domingo que viene...



3 comentarios:

  1. Hasta que tuve doce años odiaba LITERALMENTE los domingos, vuelvo la mirada y veo con total nitidez a mi madre diciendo:

    - María pero por qué lloras? no te lo has pasado bien el fin de semana? (...)

    Si me preguntais no sé porque lo pasaba tan mal los domingos por la tarde, pero a eso de las 18hr. una tristeza muy grande se apoderaba de mi...me lo pasaba tan tan bien los finales de semana que me parecía terrible que llegase de nuevo el lunes...
    Siempre he sido un poco sentida, para que engañarnos!
    Hoy en día adoro los domingos y los planes domingueros! Me parece que es uno de los días que hace que el resto de la semana tome sentido, el domingo hace que valores al sábado y uno se organice mejor para aprovechar el tiempo.


    Y COMO NO PODÍA SER OTRO DÍA...HOY DOMINGO 13 DE FEBRERO MANU, MANUUUUUU CHAOOOOO HA DADO UN CONCIERTO EN UNA FAVELA DE LA PERIFERIA...ha sido siemplemente: GENIAL!!!!!


    os quiero


    carmen me encantas:)

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  2. de parte de tu mayor fan
    me has hecho recordar como amaba los domingos por la mañana porque casi siempre hace sol en madrid, pero me embarga la nostalgia siempre el domingo por la noche

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  3. A mi me das vertigo tú. Perdoname mi ausencia. La pienso remediar.

    Los domingos fueron además los días de las cañas en la Latina. No hubo muchos, pero hubo. Y habrá.

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